¡Qué alegría!
Estoy pensando en los profesores, que se verán convertidos en custodios, vigilando que ningún niño subraye una palabra, escriba en los márgenes una aclaración o simplemente pinte bigotes a algún personaje; que tendrán que ejercer de almaceneros, contando y clasificando los libros una y otra vez; que tendrán que hacer milagros para borrar cuidadosamente lo escrito en los libros fungibles, que algunos también reutilizan; que tendrán que aguantar broncas de los padres protestando porque a su hijo le ha tocado un libro pringado de aceite o con un moco pegado, o porque no quieren hacerse responsables de la pérdida de algún ejemplar asignado a su retoño.
¡Qué felicidad!
Estoy pensando en las mamás y los papás. Con el dinero que os vais a ahorrar podréis comprar a vuestro hijo un teléfono móvil más moderno y pagarle la cuota mensual, o unas deportivas con luces y con ruedecitas, o un chándal de marca y la camiseta oficial de Messi, o unos cuantos juegos para la PS4, o darle a la criatura más dinero para que desayune y meriende todos los días algún manjar envasado de bollería industrial. Además, calculo que tendréis para tomaros unos veinte o veinticinco cubatas, según el bar que elijáis.
¡Qué maravilla!
Estoy pensando en los ciudadanos, que con sus impuestos van a pagar los libros de texto de los hijos de muchas personas que ganan tres o cuatro o cinco… veces más que ellos.
¡Y qué pena!
Los muchos niños pobres, con auténticas carencias de todo tipo, esos que de verdad necesitan los libros gratis, y el comedor, y el transporte escolar, van a seguir siendo pobres y nadie va a remediar sus carencias. Los libros de texto gratis, tenedlo claro, no es una medida que se tome para ayudar a los niños pobres y con carencias –que son legión–, sino para permitir que la clase media se adhiera definitivamente al pancismo y sepa a quién debe votar cuando haya elecciones.
¡El futuro!
No tardará mucho tiempo en implantarse el libro de texto digital. Ya está en marcha. Cuando esto ocurra evitaremos todo este rollo de bancos de libros, xarxa de llibres, préstamo y demás. Entonces los gobiernos de las distintas comunidades propiciarán un sistema de piratería para que todo el mundo pueda robar impunemente los contenidos.