Mañana, viernes 20 de junio, presento un libro. Y no será una presentación más, de las muchas que tienen lugar en Madrid. Se trata de un libro editado por la magnífica e inimitable editorial La Discreta, a la que ya me he referido en este blog, que reune varios relatos (unos premiados y otros finalistas) del Primer Certamen Literario «José Saramago». Este certamen literario ha sido creado por la iniciativa y el esfuerzo de varios institutos de Secundaria de la Sierra de Madrid. Se hicieron dos apartados: uno, para estudiantes de Secundaria y Bachillerato; el otro (el libro que se presenta) abierto a cualquier escritor, sin limitaciones de edad, estilo o tema.
Puedo asegurar que hay algunos relatos muy buenos, por lo que ya merece la pena leer el libro. Pero lo que de verdad hace que este acto no sea una presentación más, es el hecho de que un grupo de profesores de instituto hayan puesto en marcha esta iniciativa, a la que han dedicado con entusiasmo horas y horas de su tiempo libre. Es algo muy importante, lo aseguro. Yo visito muy a menudo intitutos para dar charlas a los chavales y lo que, por desgracia, predomina es una apatía generalizada, un desencanto, un desinterés, una desmotivación… No hace mucho, un profesor de Lengua y Literatura de un instituto me reconoció tomando un café en su propio centro, después de una charla, que él ya no leía nada «porque no tenía tiempo». Y lo peor es que se quedó más ancho que largo. Desde luego, influye el rumbo que está tomando nuestra sociedad; pero también la política desastrosa que se está llevando en el terreno de la educación. El ejemplo de la Comunidad de Madrid es lamentable: olvido de la enseñanza pública, venta de colegios, desmantelamiento de los centros de profesores, privatizaciones galopantes… Desde luego, es difícil motivarse así. Pero si hay una palabra clave en el tema de la educación es precisamente esa: motivación. Necesitamos unos profesores motivados, abiertos, inquietos, renovadores, siempre al día, que no arrojen la toalla y que, por supuesto, no se tumben a la bartola. Y solo así podremos motivar también a los alumnos. Este libro, en gran medida, es el fruto de una motivación de un grupo de profes, que, como se dice en la solapa del libro, quieren convertir los centros de estudios en agentes culturales, no solo para el alumnado matriculado en ellos, sino para el conjunto de la ciudadanía, y realizar actividades que contribuyan a crear un entorno cultural más rico y participativo. Mi reconocimiento y mi gratitud.
La presentación tendrá lugar el viernes 20, a las 19,30, en la Biblioteca «Joaquin Leguina» (C. Ramírez de Prado, 3). Me acompañará Elena Cianca, de Ediciones de la Discreta y estarán presentes algunos de los autores.