Muchas veces me han preguntado qué es lo mejor de mi trabajo de escritor. Siempre respondo lo mismo: escribir. Es decir, para mí lo mejor es el momento de la escritura, cuando ese mundo que bulle en tu cabeza empieza a cobrar sentido y forma en el papel, o en la pantalla del ordenador. No cambiaría ese momento por ninguno, a pesar de que los hay bonitos, emocionantes y también mágicos.
Mágico es el momento en que un nuevo libro está a punto de publicarse. Aunque has trabajado en él durante mucho tiempo, aun no lo has visto, aun no lo has tocado, aun no lo has abierto… Es un momento de impaciencia, de felicidad contenida, de sorpresa.
Puedo mostraros la cubierta desplegada de mi última novela. Ya ha entrado en imprenta. El nacimiento es cosa de días, tal vez de horas. Os seguiré hablando de ella cuando la tenga entre mis manos.