Lo primero que debo decir es que yo sí me he leído -de principio a fin- el libro que voy a comentar, «Cómo hablar de los libros que no se han leído«, de Pierre Bayard. Es evidente que el título es una provocación de su autor, que nos demuestra constantemente ser un grandísimo lector. Pero leer esta obra te proporciona un cierto alivio y descarga la conciencia al descubrir que no es tan grave no haber leído muchos libros de esos que se consideran canónicos e imprescindibles -no digamos de los otros-. Y que hasta resulta divertido hablar de ellos como si los conociésemos.
El autor se apoya en diferente escritores para ir sustentando sus teorías: Valéry (me encantó el capítulo dedicado a él), Shakespeare (divertida la interpretación que hace una tribu de África de «Hamlet«), Graham Greene y «El tercer hombre«, Lodge, Musil, Wilde… No voy a recomendar la lectura de este libro, pues si lo hiciese el autor se reíra de mí, pero sí voy a reproducir un párrafo del mismo, que viene bien a propósito de algunos comentarios de mirones de mi propio blog, y que hace referencia al hecho de tener que dar la opinión sobre algún libro por mero compromiso:
Cabe ofrecer un solo consejo sensato a quienes se encuentran en la situación de tener que hablar al autor de uno de sus libros sin haberlo leído: elogiarlo sin entrar en detalles. El autor no espera un resumen o un comentario razonado de su libro e incluso es preferible no proporcionárselo; espera tan solo, preservando la mayor ambigüedad posible, que se le diga que nos ha gustado lo que ha escrito.
Resulta, por tanto, muy sencillo; pero a mí me parece una pequeña traición y una bellaquería, por eso prefiero no hacerlo.