Al leer el nombre de estos dos lugares juntos, alguien podría preguntarse si existe alguna relación entre ambos. Como todo el mundo sabe, Laviana es un valle de Asturias y Corea, un país asiático que ocupa la mitad de una península (curiosamente, la otra mitad la ocupa otro país también llamado Corea). ¿Existe algún hermanamiento entre Laviana y Corea? No tengo ni idea. ¿Se han firmado acuerdos comerciales? ¿Se llevan a cabo intercambios culturales? No lo sé. ¿Va a jugar un partido de fútbol el equipo de Pola de Laviana contra la selección coreana? No puedo confirmarlo.
En este comentario yo solo quería dar noticia de un hecho curioso y sorprendente: algunos niños coreanos ya saben situar Laviana en el mapa mundi, son capaces de imaginarse el verdor de sus prados y la espesura de sus bosques; además, ya casi pueden paladear los «bartolos», esos bollos típicos de la zona. Es posible que alguna pastelería de Seúl, u otra ciudad coreana, ya se esté planteando su preparación y comercialización. Pero aun hay más, en Corea se empieza a saber que el río que riega el valle de Laviana es el Nalón, y que ese monte que sobresale de los demás, es Peña Mea. Y pasmaos, queridos mirones, allí ya tienen noticia del colegio y de la mismísima Rosa la Alta, esa mujer que necesita ser tan alta para guardar tantas cosas buenas que lleva dentro.
Espero que la imagen que acompaña al texto sea la prueba definitiva que os convenza, queridos mirones.