El «Hay Festival» crece y se reproduce. Me gusta que sea así, aunque haya leído en algunos periódicos colombianos algunas críticas. Siempre habría que tener en cuenta las peculiaridades del festival y los objetivos con los que se puso en marcha. El «Hay Festival» es lo que es y no lo que a cada uno le gustaría que fuese. Y lo que es el «Hay» es un aluvión de libros, de escritores, de actividades literarias y afines… Es una ebullición cultural que alcanza muchos grados de temperatura. Los que consideramos la cultura algo fundamental de la vida, algo sin lo que la propia vida perdería parte de su sentido, tenemos que celebrar que el «Hay» se expanda por el planeta. Y sí, podemos criticarle algunas cosas y reprocharle otras, pero yo no voy a hacerlo en el espacio minúsculo de este falso diario.
A mi me encantó descubrir como la ciudad de Cartagena de Indias (una parte de ella, por supuesto, porque la otra bastante tiene con encontrar algo que llevarse a la boca cada día) vivió el festival. Largas colas, teatros abarrotados, incluso reventa de entradas… Y todo para escuchar a unos escritores. Claro, que los escritores eran de los grandes: Héctor Abad Faciolince, Luis García Montero, Paolo Giordano, Ian McEwan, Mario Vargas Llosa… Y muchos más. Me sorprendió que alguna persona me parase por la calle para hacerme un comentario sobre alguna de mis intervenciones, o que cenando solo una noche en un restaurante, una pareja que estaba en la mesa contigua comenzase también a hablar conmigo, como si el encuentro no hubiese terminado y, al final, casi acabamos compartiendo la comida. Me sorprendió y me emocionó, porque en el fondo lo que estábamos compartiendo en esos momentos, lo que compartimos durante todo el festival, fue un puñado de sueños, los sueños que nos han alimentado siempre.
En la fotografía que ilustra el comentario estoy con Juan Gabriel Vásquez, Joanna Coles, Simon Schama, Michael Jacobs, Chloe Aridjis, Juan Cruz, Héctor Abad Faciolince, Manuel Gutiérrez Aragón y la moderadora, Clara Elvira Ospina. ¡Todo un lujo!