El ser humano adulto -quizá la madre- se tapa el rostro con la mano. Ya no soporta seguir mirando. El niño que está a su lado, sin embargo, mantiene la mirada fija; parece petrificado, como si el horror que está contemplando no le permitiera reaccionar. Es demasiado tarde para cualquier reacción. Y ese horror que les rodea, que los envuelve, debemos imaginarlo nosotros. No será difícil hacerlo. No es el horror de una catástrofe natural -aunque podría serlo-, es el horror de una catástrofe mucho mayor, irreversible: la catástrofe del ser humano. Al ver a estos dos personajes no puedo dejar de pensar en la última y estremecedora novela de Cormac MacCarthy: «En la carretera».
Teo Puebla acaba de inaugurar una exposición -quizá la más ambiciosa de todas las que ha hecho-. La exposición es una galería de retratos gigantes. Son gigantes por el tamaño, pues todos pasan de dos por dos metros; son gigantes por el trazo firme y rotundo del pintor, que nos atrapa con una fuerza inusitada; son gigantes por las personas retratadas, hombres y mujeres de todas las épocas que murieron luchando por sus ideales y, por consiguiente, por su libertad y la de todos. De ahí el título de la exposición: «Gracias». Están Gandhi, Luther King, Espartaco, Tomás Moro, Víctor Jara, los Comuneros de Castilla, Monseñor Romero, Mariana Pineda… Y otros. Acompaña a los retratos un mural, que es a la vez una síntesis y un desarrollo de la historia de la Humanidad, un camino sangriento y oscuro, despiadado, sin retorno. Un camino que sería insoportable de no ser porque en todas las épocas han existido «locos maravillosos», como los que ha retratado Teo.
Gracias a ti, Teo, por conmovernos, por zarandearnos, por no permitir que cerremos los ojos. Gracias por esa obra rotunda y directa, cada día más maestra.
Hasta el día 10 de febrero la exposición estará en el Centro Cultural Gaya Nuño, de Soria, en la Plaza de San Esteban. Mirones, si estáis en Soria no os la perdáis, y de lo contrario, ya tenéis un motivo para viajar a esta entrañable ciudad. Después, la exposición seguirá un largo camino por Castilla y León: Zamora, León, Ponferrada, Ávila, Valladolid.