
Tras el lanzamiento la primavera pasada en librerías -y también a través de internet- de «El rostro de la sombra«, Alfredo comienza a tener encuentros con los lectores del libro, que ha sido prescrito masivamente en numerosos institutos y colegios.
La opinión de los lectores es muy positiva y, lo que es mejor, el libro suscita siempre un debate muy interesante. La historia esté removiendo conciencias y obliga a los lectores a posicionarse. Y no les resulta fácil, pues saben que tomar una decisión, en un sentido o en el contrario, siempre les dejará insatisfechos. Como los buenos libros, esta novela suscita preguntas y no da respuestas.