
La pregunta es: «¿El autor del libro está muerto o vivo?» Me dice que lo habló con un compañero y que este dedujo, por las fotos mías que habían encontrado, que debía de tener más de cincuenta años y que, por consiguiente, estaría muerto. Su carta, en definitiva, era una indagación para averiguarlo.
Ya le he respondido e imagino que habré solucionado sus dudas, aunque al final de mis palabras le he hecho una pregunta con un poco de mala intención: «¿te imaginas que te estuviera respondiendo un muerto?»