
A su vuelta de Medellín (Colombia), Alfredo Gómez Cerdá ha escrito lo siguiente sobre la experiencia vivida:
“Para los que llegamos de la vieja -en tantos sentidos- Europa, Latinoamérica siempre nos zarandea. En esta ocasión lo ha hecho Medellín, tanto, que aun siento en mi cuerpo sus envites. He intentado dejar con entusiasmo lo poco que sé y… ¡cuánto me llevo a cambio!
Regreso con la palabra «cultura» lavada en el caño de una fuente del barrio de Santo Domingo Savio, entre casuchas que se sostienen en pie de milagro, bajo la sombra intermitente de las cabinas del metro-cable, que no dejan de circular.
Regreso con la palabra «libro» desempolvada en los Parques Biblioteca, donde los niños no dan tregua ni descanso a la palabra impresa. Esta ciudad no solo crece arañando las montañas que la rodean. Crece también por dentro, y hace crecer a cuantos nos acercamos a ella.
Hoy, en esta tarde otoñal de Madrid -¡tan lejos!- siento mi corazón en Medellín.”