Cinismo no viene de cine, aunque quiera referirme a una película. Dice el diccionario que cinismo es «descaro en la defensa o práctica de cosas condenables; impudencia, desvergüenza, procacidad descarada.»
Ayer vi solo un fragmento de una gran película, Apocalypse Now. Se trataba de la famosa escena en que los helicópteros bombardean una y otra vez una aldea vietnamita. Las bombas van cayendo indiscriminadamente, arrasándolo todo, con la música de Wagner de fondo. Mientras, el mandamás (no recuerdo la categoría que tenía), interpretado por un genial Robert Duvall, solo parece preocupado por las olas de la playa, donde tiene pensado practicar surf. La masacre de los vietnamitas en brutal, despiadada e indiscriminada. El napalm incendia sus casas, sus cultivos, sus bosques… Las ametralladoras los acribillan. Y entonces hay un detalle: un helicóptero ha aterrizado y varios civiles asustados se acercan a él en busca de ayuda, entre ellos va una joven con un sombrero de paja. Ella lanza ese sombrero al interior del helicóptero. Dentro hay una bomba, que explota al momento, destruyendo el aparato. El mandamás, con su enorme sombrero de vaquero, lo ha visto todo desde el aire y, simplemente, exclama: «¡Qué salvajes!»
Los poderosos siempre han sido unos cínicos.