Yo nunca he dicho que la música sea lo mejor del mundo y que sin ella no podría vivir. Sin embargo, estoy harto de escuchárselo a otros, sobre todo cuando hablan en público. No hay entrevista en la que el entrevistado declare, como un papanatas, que adora la música. ¿Quién es capaz de no colocar a la música en los lugares más altos entre sus aficiones? Es algo que se repite como una fórmula aprendida de memoria, como un topicazo, como el canto del gallo que me despierta cada mañana. Pero nadie matiza, nadie explica de qué tipo de música se trata. La música como un baúl de sastre, donde se sobreentiende que cabe todo. Socialmente queda muy emotivo decirlo. ¡Qué frase! Seguramente la inmensa mayoría de los que lo afirman se dedica a robar música por internet y a escucharla en teléfonos móviles. ¡Tiene guasa!
Me gusta la música desde siempre y reconozco que me emociono muchas veces escuchándola. Mis libros están llenos de música (no solo citas musicales): Pupila de águila, Anoche hablé con la luna, Sin máscara, La casa de verano, Las siete muertes del Gato… Violeta Parra, Antonio Machín, Tchaikovsky, Rosendo, Johannes Brahms, Jim Morrison…
Desde muy joven –trece, catorce años– comencé a comprarme discos. Mi escaso dinero solo me daba para singles. Uno de ellos era de Frank Sinatra. En él había una canción que me entusiasmó, The world we knew (El mundo que conocíamos). Pensé entonces: “Imposible cantar mejor.” No recuerdo cuál fue el primer LP que me compré, pero entre los primeros estaba el de un grupo llamado Iron Butterfly, la cara B la ocupaba solo una canción, In a gadda da vida, que duraba diecisiete minutos. Creo que escuché esa canción cientos de veces, o miles.
Y desde entonces la música siempre conmigo. Muchas canciones forman parte de lo que soy. Muchos cantantes son amigos íntimos, aunque no los conozca personalmente.
Había pensado escribir un comentario sobre las canciones de mi vida. Esas que, cuando las escuchas, te hacen exclamar: “¡Es mi canción, sí. Ese puto músico no me conoce de nada, pero ha escrito mi canción!” A lo largo de mi vida he escuchado muchas canciones que eran “mi canción”.
Pero… ¡qué pesadez recopilar las canciones de mi vida! Por eso, hablaré solo de la última; la letra es de Alfonsina Storni (una reverencia, por favor) y la música de Paco Ibáñez (otra reverencia, por favor). Paco Ibáñez cumplirá en noviembre ochenta años y sigue dando conciertos por todo el mundo –cantando en París celebrará su cumpleaños–, aunque en su país muchos le hayan dado la espalda vergonzosamente.
Pero a lo que iba, una de las primeras canciones de mi vida es “Palabras para Julia” y curiosamente la última, “Yo seré a tu lado”, descubierta hace poco. José Agustín Goytisolo. Paco Ibáñez. Alfonsina Storni. Paco Ibáñez. Y entre medias… pop, rock, clásica, jazz, cantautores, blues, flamenco, folk y qué sé yo.
En YouTube puede escucharse “Yo seré a tu lado”. http://www.youtube.com/watch?v=lQitCm6xkCs
Si sabéis árabe clásico, podréis leer una inscripción en la Alhambra de Granada: “Después del silencio, el correr del agua es la música más bella que existe.” Primero, silencio; después, el correr del agua; a continuación, todo lo demás. Tal vez los constructores de la Alhambra tengan razón. Pues eso.