Once de la mañana del día 27 de agosto. En la foto, que yo mismo hice, pueden verse tres focos independientes en llamas -hubo alguno más que no entraba en mi campo visual-. Estos focos surgieron casi al mismo tiempo y estaban separados unos quinientos metros entre sí, a no mucha distancia de una estrecha carretera. Premeditación, ensañamiento, alevosía, inclemencia, barbarie… La acción estaba favorecida además por la sequía de este año, por el viento que casi siempre sopla en el valle y por la ineptitud de los políticos que tienen alguna responsabilidad sobre la zona. Los alcaldes solo se preocupan de atracar a los vecinos con un IBI de escándalo, sin reinvertir ni un solo euro del botín en la limpieza de los montes y zonas limítrofes.
Estos días se ha escrito mucho sobre el tema, se ha hablado mucho sobre el tema. El incendio ya está apagado y seguramente, salvo los afectados directamente, ya nadie se acuerda. Yo solo voy a añadir dos palabras: muy deprimente.