
Cuando se llevan varias décadas en este mundo, uno propende a hacerse preguntas en voz baja. Piensa que tal vez descubra algo -un camino, un convencimiento, una ilusión…- y que en ese caso, debería transmitírselo a sus contemporáneos, antes de que pierdan definitivamente la noción de la realidad y, por tanto, de sí mismos.
Michael Corleone (Al Pacino), en El Padrino II, reflexiona de este modo: «Si hay algo seguro en esta vida, si la historia nos ha enseñado algo, es que se puede matar a cualquiera. «
Más preocupante que las palabras en sí del mafioso asesino, es que algunos las enarbolen en sus banderas.