Dos años después
Dos años viendo pasar desde mi ventana el cortejo de la LIJ, con toda su pompa y ceremonia: carrozas repletas de sueños tiradas por corceles y calabazas llenas de decepciones arrastradas por ratones. Luces y sombras. Incluso, la feria de las vanidades trasladada al siglo XXI. Dos años en los que no he dejado de…