Libros esguardamillados | Alfredo Gómez Cerdá

Esguardamillados

Lo escuché el otro día en un programa de radio. Dámaso Alonso no quería prestar sus libros porque se los devolvían “esguardamillados”. ¡Qué palabra tan bonita! Del verbo esguardamillar. Si buscáis la palabra en el diccionario, queridos mirones, comprenderéis por qué el ilustre poeta y filólogo no quería…